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La retroalimentación de 360 grados es un método para describir las competencias mostradas por un individuo. Sus variantes, es decir, las evaluaciones de 270 y 180 grados, se aplican con éxito para evaluar a todos los empleados, no solo a la gestión. La principal ventaja de este enfoque es incluir múltiples perspectivas. En la evaluación del comportamiento y la actitud de una persona determinada, tomamos en consideración la opinión de compañeros, informes, superiores o incluso clientes y luego comparamos estos datos con la autoevaluación. Esto permite a la persona evaluada desarrollar una conciencia de sus fortalezas y áreas de mejora en relación con las competencias vitales para la empresa.